Dedicada mi Madre
Yo soy Mia
Le toco nacer por 1930 y pico
Nació mujer, de madre casi iletrada
Heredo el mandato de ancestros
Pero nació curiosa, inteligente, y sin entender barreras.
Su destino venia marcado desde el útero,
Con el mandato generacional de la vieja Europa.
Secundaria ya una conquista,
Quizás un profesorado, venia todo junto,
Y después a seguir el mandato de su sexo, casarse, procrear,
Madre, esposa, y además argentina.
¡Hay, la engañosa química neuronal autónoma ¡
! Que no impide que su inteligencia despierte!
La pubertad la atacó sin piedad ni previo aviso,
Solo se le previno de los demonios y su acoso,
Nadie le informó que pudiera sentir gozo.
Siendo una niña de 20,
Hastiada de desinformación control y encierro,
Muerta de curiosidad y con ansias de ser su dueña,
Cayo sola en la telaraña tejida por tantas generaciones de congéneres
A las que había soñado no imitar.
Tomo del brazo al hombre elegido,
El, primero, el único, el que se animó
Y el que ella sin mucho con que comparar aceptó.
Infantil, ignorante de toda su intimidad futura,
Caminó triunfal en su vestido blanco, cambiando de amo,
Solo que esta vez entregaba el alma junto con el cuerpo.
Y quien quería ser suya sin siquiera darse cuenta,
En un mágico instante dejo de ser de sus padres,
Dejo de ser de ella,
Y fue en adelante toda de Él.
Parió sus primeros hijos y sabe solo ella si conoció el goce
Fue entonces cuando, creyendo en parte su deber cumplido,
Se animó a pedir alimento para su espíritu.
Pidió una carrera universitaria, psicología, dijo.
¡Izquierdista ¡dijo El, tu carrera soy yo y tus hijos.
Solo sabe ella como lo convenció.
Aceptó como naturales los costos de su elección,
Fueron los primeros golpes,
Su amo debía mostrar que lo que se concede cuesta.
Ella debe haberlo viso como una pequeña concesión,
Acostumbrada como estaba a años de maltrato.
Supo entonces que su deber nunca estaría cumplido,
Que debería sumar deberes de ahora en más,
Y que sus aportes jamás sumarian en la ecuación de su amo.
Y así lo hizo.
Esa mujer estudio, siguió pariendo hijos,
Atendiendo una casa y satisfaciendo un marido.
Y a pesar de hacerlo, siguió también recibiendo golpes,
Porque así debe ser,
Así se sostiene el poder de una persona sobre otra,
Temor, miedo, descalificación.
Se desdoblo, como todas las mujeres que así lo eligen,
Atendiendo a un cada vez más inseguro y demandante marido.
Se esforzó con las conservas, con la costura, las tareas cotidianas
Y de noche con todo listo,
Y los niños, adultos ellos o niños reales en sueños,
Ella leía, estudiaba, y lentamente
Sin siquiera tener conciencia de lo que en ella ocurría,
Se transformaba.
Hoy seguro sabe que hay caminos más directos para llegar donde ella quiso,
O que quizás se puede modificar el orden de ocurrencia de los acontecimientos,
Esto es, estudio, casamiento, matrimonio, hijos….
Pero ¿tuvo ella esa opción?
Hoy quedan hijos marcados.
Los hay mayores con más recuerdos, y más carencias,
Algunos afortunados con fortaleza u olvido,
Los hay menores casi sin memoria
Y con carencias suplidas por hermanos que supieron protegerlos.
Y en el medio el tiempo que todo lo borra.
Todos ellos, quienes no son meritorios de juzgar,
Salvo cuando deban enfrentar disyuntivas similares
Frente a sus parejas y propios hijos.
Es un nuevo siglo.
Ella ya no es la misma
Ahora es tiempo de cosecha
¿Que habrá sembrado ella?
Que nació allá por 1930
¿Logro lo que quería?
Valió la pena el precio
¿Que tiene hora luego de tan terrible lucha,
además del logro de haberla concluido?
¿Que había arriba de esa montaña?
¿Es ella finalmente de ella?
Luchamos en la vida por ser nuestros dueños,
Y en el proceso como árbol con sus ramas,
Vamos por estaciones de la vida, desposeyéndonos.
Y al final siquiera en el ocaso nos damos cuenta,
Que el ser nuestros dueños sea acaso eso,
Habernos en el camino despojado hasta los huesos.
Intuir que yo soy mía, si he logrado ser parte de cada uno de ellos,
Podrá decir ella quien sabe…..
Desposeída en mí, abarcada, absorbida mí esencia en ellos
Yo soy mía, yo soy de ellos, por lo que de mía fui, por lo que de mí les dejo,
Que es mío y fue mío, porque he sido mía y no de nadie,
O al menos en mi amor, solo de ellos.
Claudia Mattenet
23 Febrero 2006
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